Hay un momento trascendental en la vida de muchas mujeres: la maternidad. Una vez que una mujer decide ser madre, se inicia en un rol que la acompañará toda la vida. No se pierde la identidad ni la esencia de la mujer que se ha sido hasta este momento, sino que a ello se le añaden innumerables nuevas experiencias, descubrimientos, preocupaciones, alegrías… En definitiva, se trata de un antes y un después.
Esta aventura comienza con nueve meses de embarazo. ¡Vaya revolución! A la par que el cuerpo va cambiando para adaptarse y dar cabida al futuro bebé, en la mente se activa un espacio que hasta ahora permanecía oculto. Es todo muy emocionante, ya que pronto se sumará un nuevo miembro a la familia. Pero también comienzan a surgir las dudas, las inseguridades, los miedos… Entre ellos el parto. Esto es toda una experiencia, que muchas veces acaba siendo completamente distinta a lo que una había imaginado. No hay dos partos iguales porque no hay dos mujeres ni dos bebés iguales. Y eso es lo que hace de esta experiencia algo tan personal e intenso.
Pero cuando parece que lo más difícil está superado, te das cuenta de que estás montada en una montaña rusa llamada posparto. Aquí se hace patente ese nuevo rol de madre. La vida como hasta ahora la conocías sufre un cambio de 180 grados. Es una explosión de emociones que incluso se contradicen entre ellas. ¿Cómo se puede estar en un mismo día extremadamente feliz y rato después sentirse incluso desgraciada? Son tantas las novedades que te sientes desbordada, además de todas las decisiones que tienes que tomar: lactancia materna o artificial, cuna o colecho, carro o porteo… Y por si fuera poco, aprender a comprender qué es lo que dice el bebé mediante su llanto. Pero una cosa está clara: toda madre siempre actúa pensando en hacer lo mejor para su bebé. Por lo tanto todas las opciones serán siempre igual de válidas. Por suerte, este caos inicial se irá calmando poco a poco. Pero el viaje no acaba aquí, pues como ya he dicho, dura toda la vida.
MUSA pretende ser una compañía más en el viaje de todas estas mujeres que un día tomaron la decisión de ser madres.
Claudia Álvarez Marco
Residente de matrona.